miércoles, 5 de marzo de 2008

Imanes que caminan

Guillermo Vilas fue el más grande. El que cambió el tenis. José Luis Clerc su escudero. El que siguió sus huellas. Más allá de sus diferencias.
El miércoles 5 de marzo. Lluvioso. Fresco. Por momentos soleados. Los dos estuvieron presentes en diferentes clubes de tenis. Haciendo cosas diferentes, pero con la atracción siempre viva.
A la mañana, en la presentación del Circuito de Inserción la profesionalismo de la AAT auspiciada por Head, Clerc estuvo en la conferencia de prensa en Deportes Racionales y luego estaba prevista una charla técnica con los periodistas para solucionar los muchísimos problemas que tenemos dentro de la cancha. Imposible de arreglar en 40 minutos. "Batata" jugaba bárbaro al tenis, pero no hace milagros...
Clerc charló con los periodistas que parecían inmotizados por lo que contaba, comentaba y aconsejaba. Después de esa charla, con nombres propios y todo !!!, todos los colegas sabían que se venía el campeonato de tenis. Y se atrasó más de la cuenta.
José Luis, con la simpatía de siempre, se explayó. Habó de todo. Afirmó que el revés paralelo vital en el tenis de hoy y fundamentó esa opinión de una manera tan clara como brillante. Habló de su "karma" con Borg. Y que Federer seguirá siendo número uno. Marcelo Maller, amigo y periodista de Clarín fue simple sobre esa charla: "Brillante".
A la tarde pasé, invitado por Juan Carlos Lara, por el club El Mirador en San Isidro donde se hizo la presentación de un producto para arquitectos y una clínica privada de Guillermo Vilas.
El mejor de la historia Argentina entró a la cancha a las 16,10. Diez minutos más tarde, cuando la charla recién estaba calentando, un aguacero obligó a todos a ir a la confitería. Durante más de una hora, Guillermo habló de todo. De la creación del tenis, de por que el 15, 30 y 40, de las raquetas, contó alguna de sus anécdotas, un padre preguntó un consejo y él lo "calmó". Hasta de como del inicio del tenis salió la frase "juego de manos, juego de villanos". No volaba una mosca. Nadie se atrevió a hacer una pregunta fuera de lugar o a interrumpirlo. Eso se llama, Magnetismo.
La lluvia paró. Otra vez a la cancha. Con Alejandro Fussiller, director de tenis de su club, fueron "atendiendo" y aconsejando de a dos a los arquitectos que se animaron a ponerse los cortos. Otra hora larga más en la cancha. Tirando drops, consejos, acomodando empuñaduras, desparramando a sus "rivales", divirtiendo y divirtiéndose.
Vilas y Clerc. Dos grandes que te atrapan. Y es un placer dejarse atrapar...

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